De poco nos han servido los dieciocho años de duro trabajo durante todos los veranos, los cientos de metros cúbicos de tierra removidos, el descubrimiento de la Curia con sus zócalos perfectamente alineados, sus inscripciones, los dos edificios termales y para colofón la fortaleza andalusí de Castro Muñones. Todos estos hallazgos que nos hablan por sí mismos, no nos dan respuesta acerca de las verdaderas actividades que se llevan a cabo en la ciudad. Cada vez aumentan más nuestras dudas, y no hallamos respuesta a nuestras inquietudes y nuestras preguntas quedan sin resolver.
¿Qué hacemos en la ciudad hispano romana, a qué obedecen sus instalaciones, qué trabajos y actividades se llevaban a cabo en la misma?. ¿Por qué los alumnos acuden cada año, que hace constar el certificado de asistencia que reciben (cuando se les da)?.
Tras arduas indagaciones y un exhaustivo análisis de todas las actividades, una profunda revisión de los datos obtenidos y una aplicación rigurosas del método deductivo, al que hemos añadido la más moderna revisión metodológica y una completa información bibliográfica, creemos que estamos llegando a una conclusión muy importante, que sin duda, tendrá repercusión a nivel nacional, e incluso internacional.
La resolución a nuestras dudas metodológicas y metafísicas cambiará la Historia, pensamos que ya no son las elites urbanas de la ciudad romana las artífices de los monumentos que hoy vemos en la ciudad.
Queridos jóvenes, querubines labitolosanos, creemos que hemos llegado a la verdadera repuesta: nuestra ciudad no es una urbe romana, las construcciones que hemos descubierto corresponden a un gran complejo, a un enorme salón de Peluquería, al estilo del célebre Alexandre de París, que peinaba a las famosas actrices de Hollywood, o al inefable Llongueras que peina a las artistas caseras.
Salón de Secadores en sus respectivos zócalos en la Curia, Salón de Lavado en las Termas, Salón de secado natural al aire en la fortaleza andalusí, sin duda la monumentalidad de sus restos está acorde con la ingente actividad que se llevaba a cabo en el salón “Hair Style”.
Las pruebas documentales a las que hemos tenido acceso han disipado todas nuestras dudas, juzgar vosotros mismos al ver las imágenes y elevar un veredicto. En las fotos que acompañan esta reflexión creo que hemos encontrado la respuesta a todas nuestras inquietudes e interrogantes.
No obstante, para cerciorarnos y asegurar mejor nuestra hipótesis de trabajo, os comunico que hemos contratado a un especialista en métodos electromagnéticos, que tiene unos aparatos que detectan bajo tierra todos los restos de rulos, botes de laca, peines, secadores, etc. A ello dedicaremos la campaña del año 2009, a dejar bien claro para la ciencia si realmente LABITOLOSA, es una ciudad romana o forma parte de un entramado muy complejo de salones de peluquería.
Hasta otra querubines.
P.D. Debemos agradecer esta entrada a la colaboración de Angelines Magallón, sin la cual todo esto no hubiera existido.